En algunas regiones de España, sobretodo en Cataluña, Valencia y Aragón es típico comer la mona el lunes de Pascua, simbolizando el fin de la cuaresma y sus abstinencias. Acostumbra a ser un regalo del padrino a su ahijado el domingo de pascua después de misa. Es tradición reunirse el lunes de pascua para comerla después de una comida donde no falten unas buenas chuletas, conejo a la brasa o una paella, entre otra cosas.
Este año mi hermana se estrenará con Emma, ya que el año pasado era demasiado pequeña como para que se tomara la molestia en darle ninguna sorpresa con la mona. Lo que si que hizo fue regalarle un sonajero que a Emma le encantó.
Yo le llevo a mi hermana algunos años de ventaja en esto de las monas, porque son varias las que les he regalado a mis sobrinos. Una tarta Sara o una tarta massini coronadas con un huevo de chocolate, la mona “malditos roedores” a la que le puse un gatito de chocolate, la típica de panquemado…
Y es que la mona tradicional consiste en un bollo elaborado con la misma masa que el panquemado adornado con tantos huevos cocidos como años tenga el niño al que se la regalan.
Pero en Cataluña, este postre ha derivado en una tarta en la que el protagonista son las figuras y los adornos de chocolate. Y a pesar de que algunas pastelerías siguen mostrando la mona de pascua original, lo habitual es ver los escaparates con los personajes infantiles más famosos del momento reproducidos en chocolate: Mickey Mouse, Pocoyó, Pepa Pig, …
Algunas incluso se hacen con fondant como esta de Bob esponja.
Las que has ido viendo aquí son algunas de las monas que yo he hecho para mis sobrinos. Si este año te toca regalar la mona y quieres hacer una de estas tu mismo, puedes encontrar la receta en mi otro blog de cocina moras moradas.
Ya ves que las monas de pascua es algo con lo que me gusta sorprender y con lo que seguro que mi hermana sorprenderá a Emma, así que las monas de pascua… ¡A la mochila de mi peque!